sábado, 12 de noviembre de 2016

Diario de una Barricada

Cuando los primeros rayos de sol entraron por mi ventana, sentí que ese día todo iba a cambiar. En la calle se oían voces, gritos y gente corriendo.  Me asomé a la ventana y la imagen que vi se quedaría grabada para siempre en mi memoria, el suelo estaba regado de sangre y lleno de cadáveres, había personas de toda clase: burgueses con sus sobreros de copa y fusiles en mano, campesinos hambrientos con piedras y objetos de todo tipo que encontraban por el camino y además soldados que defendían al rey al otro lado de la barricada. Salí corriendo a la calle, en busca de mi familia y la masa de gente luchando me arrastró. Sentí que estábamos todos unidos luchando por un mismo fin que en ese momento ni yo mismo sabía pero intuía que era necesario para poder cambiar nuestra situación. Entonces miré al suelo y encontré a un hombre moribundo cuya expresión me dio a entender que había valido la pena morir por la LIBERTAD.

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